Extrañarte.
—Jungkook —el nombrado se tensó visiblemente, podía saber de quién era esa voz que siempre lo persiguió hasta en sus pesadillas, se disculpó con los Yang y después volteó hacia el origen de todo sus males.
—Bruja, padre —el rubio saludó a sus progenitores y Nawoon tuvo que contenerse para no darle un fuerte golpe en la cabeza, pues estaban en público, sin embargo, después se iba a encargar de sacarse todas las que le había hecho ese mocoso.
—Habla con respeto a tu madre, cachorro ingrato —habló la mayor cruzando de brazos y soltando un suspiro—. ¿Sabes de qué me enteré? Ni siquiera mi propio hijo pudo decirme que iba a ser abuela, lo supe por terceros y para peor en esta estúpida fiesta.
Jungkook solo sonrió de manera tensa, quería gritar e incluso decirle a la vieja bruja que nunca tuvo pensado decirle, pero eso solo haría que se ganara una gran paliza, si era que ya no se la ganó.
—Felicidades hijo —habló esta vez la voz de la razón, Sungki, quien era un omega bastante tranquilo y muy buen estratega.
—Tendremos una pequeña charla mañana, por cierto, nos quedaremos en el palacio una temporada —y ahí estaba lo que más temía, ahora tendría que aguantar al rey demonio bajo su techo una vez más, bueno, al menos esos meses fueron pacíficos.
—Puta vida —murmuró por lo bajo hastiado, de verdad estaba tentado a tirarse por el balcón más cercano que encontrara.
✧✦✧
Jimin se dio la vuelta al sentir como alguien se acercó por detrás, se acercó a la orilla del balcón y miró con el ceño fruncido al desconocido, pero sus ojos se abrieron con sorpresa cuando esa persona se quitó la bufanda que le cubría parte del rostro y también se quitó la tela que cubría su cabeza.
—¿Ma-Mamá? —sentía que miraba un fantasma, era ella, su rostro se veía más joven de lo que recordaba, más cuidado y pulido.
—Jimin —ella se acercó para envolverlo en un abrazo teniendo cuidado al notar el bulto en su panza.
—Te extrañé tanto, mi pequeño.
—Mamá —el menor también la abrazó con algo de fuerza, se sintió tranquilo cuando olfateó un aroma suave que salía de ella, era cálido, reconfortante, y seguro. Él también había extrañado un abrazo de ella así—. Yo te eché mucho de menos, siempre quise volver a verte.
Jimin no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas que prontamente rodaron por sus mejillas.
¡Estaba abrazando de nuevo a su madre después de tantos años! Parecía irreal. La mayor acarició su cabeza con suavidad, pasando sus dedos por sus rizos de forma cariñosa.
—Lamento no venir antes, pero tu padre odia a los Jeon y nunca me dio permiso para visitarte —Eunjin se separó levemente para mirarlo, quitó con cuidado las gotas saladas que mojaban las mejillas de su hijo y sonrió—. Noto un cambio, mejor dicho, varios —ella rió por lo bajo mirando su panza—. Te ves... no sé, diferente, puedo ver como tu rostro es más expresivo y feliz, también veo que me convertiré en abuela. Cuéntame, como la haz pasado estos meses con tu esposo.
—Jungkook es amable, siempre me cuida e incluso me ha mostrado muchas cosas, me ha dado varios paseos sobre su gran dragón para enseñarme su reino y más —era algo que Jimin siempre quiso, contarle a su madre sobre sus parejas mientras tomaban café o té con galletas, algo cotidiano como madre e hijo, sin embargo, en su anterior vida nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.
—Es un alivio, al menos tu matrimonio tiene un gran afecto a pesar de que fue solo por conveniencia. Ustedes se miran de manera especial, sé que lo amas mucho —ella sonrió y Jimin solo la volvió abrazar suspirando de manera temblorosa, quería dejar de llorar, pero le es imposible, tenía miedo de que ella desapareciera en cualquier momento—. Jimin, no puedo quedarme mucho tiempo, tu padre no sabe que estoy aquí. Quería venir para saber cómo te encontrabas, pero creo que me preocupé por nada.
El omega se separó de ella limpiando su rostro todo lo que podía con sus mangas del vestido, Jimin le sonrió poniendo de manera inconsciente una mano sobre su vientre.
—Aún así me alegra de que hayas venido a verme, quisiera hablar contigo un poco más antes de que te vayas, ¿se puede? —Park quería alargar ese momento lo mayor posible, y para su suerte la mayor asintió con una sonrisa tranquila.
Pasaron un rato en el balcón hablando de todo y nada, Jimin no conocía nada del reino en donde nació pero trató de hacer preguntas que sonaran normales, pero la mayoría era sobre la mayor, investigó levemente por encima como era la relación de sus padres y la verdad no le agradó mucho.
Kyunsang también era un hijo de perra en ese mundo, hacía lo que quería en su reino y apenas le tenía respeto a su madre, al menos eso le agradó ya que él la quería, pero no era un amor sano del todo, aún así, nunca le había puesto una mano encima, también descubrió que tenía un hermano menor llamado Hyunmin, era alfa así que él sería el siguiente al trono.
Eso le dio un poco de emoción, pues nunca había tenido un hermano y al parecer en ese lugar si lo tenía, lo quería conocer. Su madre le había dicho que aún faltaban un par de años para que pudiera acceder al trono, así que quizás después de eso ella pueda visitarlo más seguido por viajes "sociales" entre los reinos.
Al final Eunjin no pudo quedarse mucho más, y Jimin la abrazó de nuevo con fuerza sin evitar que sus ojos se volvieran a aguar, ella se volvió a poner la bufanda y se cubrió el cabello antes de deslizarse por entre las personas pasando desapercibida y salir del gran salón.
Jimin solo se acercó de nuevo a la orilla del balcón apoyando su mano sobre el barandal de piedra y mirar hacia el cielo, no pasó mucho tiempo cuando sintió como unos fuertes brazos lo rodearon por detrás con suavidad, sabía quién era, así que no se alarmó.
—¿Ha sido una buena velada? —la voz ronca susurró contra uno de sus oídos haciéndolo cerrar los ojos y suspirar profundamente.
—Ha sido la mejor noche, Kook —Park contestó tranquilamente mirando y volteando hacia el rubio y sonreírle—. La pasé increíblemente, pero ahora quiero ir a mi cama y si no quieres un berrinche será mejor que me lleves ahora mismo.
El menor batió sus pestañas de manera inocente mientras miraba al rubio, quien solo sonrió preguntándose en qué momento había creado un monstruo como ese, bueno, quizás eran sus malditos genes los que estaban actuando. Aún así, Jungkook se iba a encargar de hacer que ese omega siguiera lleno de sus genes año tras año.
—Como lo ordene mi rey —murmuró el alfa apartándose levemente para tomar la mano del más bajo y darle un beso, Jeon caminó de nuevo hacia dentro de la fiesta y se disculpó, hipócritamente según Jimin, con los demás diciéndoles que volvería pronto para despedirlos.
Cuando el pelinegro llegó a la habitación lo primero que hizo fue quitarse todo lo que le estorbaba, prácticamente quedó desnudo y solo con su ropa interior ante el alfa, quien lo regañó levemente por seducirlo de esa manera. Jimin lo ignoró mientras tomaba su bata para dormir y se deslizó por las suaves mantas de la cama.
—Volveré en un rato, descansa, berrinchudo Jim —Jungkook dejó un suave beso en la boca del menor antes de irse, no sin recibir un bufido como respuesta por apodo que había dicho.
Jimin solo se acomodó de lado mirando hacia el balcón con una ligera sonrisa en el rostro, quizás, de verdad ese mundo no era tan malo. Ahora solo tenía que acostumbrarse a los embarazos masculinos y tratar de ser una "buen rey", lo que no sería tan difícil, además, sabía que su madre estaba viva y estaba enamorado de un bruto rey bastante tierno. Esa noche durmió tranquilo deseando que todo siguiera así toda su vida en ese lugar.
✧✦✧
Al otro día cuando Jimin despertó, lo primero que sintió fue los brazos de Jungkook alrededor de su cintura, una mano del rubio se paseaba por su costado.
El menor se volteó con cuidado para poder mirar al alfa, quien solo le miró con esos intensos ojos azules.
—Buenos días, Kook —murmuró el omega soltando un pequeño bostezo, Jeon solo se acercó a él dándole un beso sobre la frente antes de suspirar con tranquilidad.
—Buenos días, tonto Jim —el alfa respondió pasando su mano sobre la mejilla del menor, justo después la metió entre su ropa, mejor dicho su bata, y la empezó a subir deslizando sus dedos sobre la piel del omega—. ¿Sabes? Hoy me desperté con mucha hambre.
Jimin sintió como su trasero se mojaba en un periodo de treinta segundos, su boca fue devorada rápidamente por el rubio, no pudo evitar dejarse llevar por la sensación y el placer que estaba creciendo desde su vientre con rapidez. Se sentía bien. Jungkook volteó Jimin boca arriba acomodándose entre sus piernas y subiendo más su bata por encima de sus abultados pechos.
—Me gustan, una de las razones por la cual quiero que siempre estés en cinta es para seguir mirando esto —Jeon ronroneó tomando los pezones entre sus dedos, apretando y estirando, haciendo que Jimin gimiera débilmente y sonrojado por las acciones de su esposo.
El rey se inclinó con cuidado sobre su omega para lamer el valle que hacían los pechos, antes de hacer un camino con su lengua hacia un pezón para poder chupar, sin embargo, Jungkook no pudo probar ese dulce néctar lechoso, pues la puerta de la habitación se abrió de repente dejando ver a una cabellera negra.
—¡Jim, buenos días! —la voz chillona de Bohyun alarmó al omega quien por reflejo empujó, en realidad pateó, al alfa afuera de la cama con fuerza.
—¡Maldición! —Jungkook exclamó mientras caía al suelo como un saco de papas viejas, su espalda y trasero sufrieron consecuencias.
—¡Bo! —Jimin no tenía que mirarse en un espejo para saber que su rostro estaba rojo tomate, se sentó lo mejor que pudo en la cama bajando su bata en el proceso—. P-Pequeño, no debes de entrar así en la habitación, toca antes, ¿si?
—Okay pero, ¿qué estaban haciendo y por qué tu rostro está de ese color? —el menor preguntó de manera inocente y Jimin no supo que contestarle, nunca había sido agarrado en una situación así.
—Pequeño mocoso —murmuró el alfa con una mueca de dolor mientras se levantaba del suelo—. Estábamos tratando de hacer una práctica para más creaciones de cachorros.
—¡Jungkook! —Jimin exclamó y Bohyun solo miró confundido al rey, aunque también parecía estar mirándolo mal, su ceño fruncido lo delataba.
—Bueno, no importa de todas formas. En el comedor se encuentran los abuelos preguntando por ustedes, me enviaron para decirles que tuvieran algo de prisa —el menor informó y Jungkook pensó seguramente en el castigo que recibiría si cometía asesinato, bueno, no pasaba nada si no lo llegaran a descubrir.
—Gracias por avisar pequeño Bo, saldremos pronto, puedes ir comiendo mientras tanto —al decir eso, el pequeño Bohyun asintió saliendo y cerrando la puerta de la habitación con cuidado. El pelinegro suspiró después de eso, miró al mayor quien tenía lo brazos cruzados y una expresión malévola en su rostro.
—Estoy seguro que la vieja bruja hizo eso a propósito, la enterraré viva —murmuró el alfa como si estuviera pensando en hacer eso de verdad y el menor suspiró.
—Jungkook, no. Es tu madre —bueno, ahora se estaba poniendo un poco nervioso, iba a pasar el día con los padres de su esposo. ¿Cómo serían ellos?
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